Good luck is often with the man who doesn´t include it in his plans. Cuando decidimos venir a Magic Island no sabíamos lo que nos aguardaba. Ese es el comienzo de cualquier aventura, lo que realmente ha sido nuestra estancia en esta isla. Te haces una idea de lo que vas a encontrar, de cómo será tu vida en tierra ajena y, como casi siempre sucede, poco se parece al cabo lo previsto con lo experimentado. Empezamos con la fortuna en contra y nos marchamos con nostalgia, lo cual es indicativo de que el balance global ha sido positivo en todos los sentidos. Personalmente había tres cuestiones que me preocupaban: si el Happy boy iba a ser capaz de superar el enorme reto al que se enfrentaba, si Lady Messy se adaptaría a las muchas horas de soledad que tendría que pasar en la isla y si profesionalmente yo iba a ser capaz de estar a la altura de las circunstancias. Las answers en los tres casos han sido afirmativas.
Mal lo paso el Happy boy al principio, ya lo sabéis y de ello estuvísteis puntualmente informados. Pero desde el momento en que comenzó a tener cierto dominio de la lengua inglesa, a enterarse de lo que le decían y a responder en forma más o menos adecuada, las cosas comenzarón a tener para él un color distinto y mucho más alegre. Se ha relacionado bien con los classmate en el colegio, ha despuntado en los estudios y ha conseguido un nivel de inglés que me sigue sorprendiendo, aun cuando vinimos aquí pensando en que al final del curso académico así sería. Me recuerda mucho la sensación que experimenté when en Finlandia comprobé lo que son días completos sin noche. I knew la teoría y año tras año se la explicaba a los alumnos. Pero este es uno de esos fenómenos que te sorprenden no por desconocimiento sino porque tus sentidos nunca lo habían percibido antes. Para resumirlo en poquísimas palabras: each time que veo y oigo al Happy hablar con deselvoltura, rapidez y naturalidad, con el mismo acento arrastradillo de los niños de su edad, doy por buenas todas las contrariedades a las que hemos tenido que enfrentarnos y superar a lo largo de nuestra estancia en Jersey.
Lady Messy ha encontrado aquí un lugar idóneo para su forma de ser y se ha entregado de lleno a las tareas artísticas que tanto le seducen. Como Dios las cría y ellas se juntan, Montse y ella se han reunido regularmente varias veces por semana para pintar y compartir experiencias estéticas. Montse es la esposa de mi profesor de inglés y la conocimos en la fiesta de Navidad del año pasado. Mis horas en el trabajo y las del Happy en el colegio le han permitido a Lady Messy disfrutar de largos periodos de tranquilidad creativa que otros designarían soledad, pero que en su caso no tiene connotaciones negativas but que forman parte de sus necesidades vitales. Los endémicos no son precisamente empalagosos, de modo que puedes tirarte días y días sin que nadie se te acerque cuando realmente tu no lo deseas. Ideal para Lady Messy que, además, no ha tenido que esforzarse con el ingés más de lo estrictamente necesario. Total, que has enjoyed de un exilio interior gratificante para ella que ahora teme perder cuando come back to España. De ahí que, en comparación al Happy y a mi, sea la que menos ganas tiene de volver a retomar el pulso de la vida cotidiana en Málaga.
En lo que a mi respecta pues no es ningún secreto para vosotros que me voy con la satisfacción de los deberes cumplidos. A lo largo de este año mi producción científica has been muy superior que la de años anteriores, que es precisamente lo que se espera de un profesor universitario que viene to work a un centro de investigación dejando apartadas sus labores docentes y burocráticas habituales. Además, he aprendido un monton de cosas nuevas, he tenido a un professor in charge que aparte de compartir conmigo su sabiduría me ha tratado mejor que a un amigo de toda la vida, he conocido a gente entrañable (Javier, Dorita, Stef, Gerardo, Cristian, Lourdes, Andrew y Montse) de la que me va a costar mucho separarme y me he acomodado a una rutina agradable a la que no me importaría seguir ligado durante un tiempo razonable. En síntesis, dejo este lugar porque llegó el momento de partir, pero it won´t be un adios definitivo sino un see you later because I´ll come back again at some other time.
Un año en Magic Island ha sido un paréntesis importante en nuestra trayectoria. Vinimos con la intención de integrarnos sin renunciar a nuestra identidad y lo hemos logrado plenamente. Hay usos y costumbres que nos han gustado y otros no tanto, jamás hemos caido en la simpleza de creer que lo de aquí o lo nuestro era lo mejor por definición. Eso no excluye juicios comparativos porque resultan inevitables, pero siempre los hemos hecho de forma constructiva. This is important para que el Happy boy aprenda a conducirse en el futuro cuando las riendas del destino sea él quien las gobierne. Here éramos inmigrantes y hay algunos que, aunque de forma sutil, han confundido dicha condición con la de ciudadanos de segunda. No hay mejor vacuna que esa para, cuando se cambien las tornas, saber como has de comportarte con el extranjero. Tambien es cierto que donde se cayó el burro ahí se le dieron los palos, es decir, por nuestra parte hemos manifestado tolerancia cero ante los más mínimos brotes de exclusión por estos motivos. En el Zoo, por ejemplo, ha habido que enseñarle los dientes a uno que se la dio de guapo sin tener la precaución de mirarse antes al espejo.
Dejamos atrás una isla muy bonita y muy bien cuidada, con una calidad de vida extraordinaria. La especulación urbanística existe como en todas partes pero no es salvaje, de modo que tanto la costa como el interior tienen un encanto irresistible. Echaremos de menos los largos paseos y la tranquilidad de haber podido caminar por cualquier lugar y a cualquier hora sin temor a ser importunados por terceros. La seguridad ciudadana es uno de las cualidades más destacables de Magic Island. Una isla sin rejas en escaparates y ventanas es algo a lo que nos estamos acostumbrados. También echaremos en falta la educación ciudadana de los endémicos, su corrección, el respeto al mobiliario urbano y la condescendencia de los conductores entre sí y respecto a los peatones. No me puedo olvidar de la puntualidad británica, una de las claves explicativas del buen funcionamiento de cuanto depende de un horario establecido. As muestra vale sacar a colación la exactitud del timetable de los autobuses, lo que te permite organizarte con la tranquilidad de que nunca vas a llegar tarde a ninguna parte por culpa de retrasos injustificados del public transport.
Amigos ingleses, a excepción de Wendy, no dejamos ninguno. Hemos mantenido relaciones cordiales with people de ambos sexos, pero cada uno en su casa y Dios en la de todos. Ni es bueno ni es malo, simplemente es así. Quizás ellos se pasan marcando en exceso las distancias afectivas, -no nos olvidemos que esto es una isla que pertenece a otra isla y, por tanto, la sociedad es más cerrada que en la propia Inglaterra-, y nosotros nos excedemos en familiaridad. Sea como fuere yo hecho de menos el calor humano, las cervecitas con los amigos y todo ese cuchimerdeo que tanto horroriza a los de aquí y, en parte, al club de los sociópatas españoles. No, no voy a dar nombres. Cada uno es como es y punto. María, dile a Leo que vaya aprovisionándose de charcoal porque acepto encantado la barbacoa que me has ofrecido. Don José, sigo con mono de paella. Como veis no tengo enmienda ni quiero tenerla.
Abandonar este clima lo ansío. Este año ha sido, además, extraño, en el sentido de que en autum ha hecho más frío que en invierno y el summer se ha presentado más lluvioso que la primavera. Pero, como le digo al Happy boy, no hay rosas sin espinas ni atajo sin trabajo. Descender al Mediterráneo es gratificante, si bien allí no tendremos las Jersey Royals (local potatoes), los lácteos de estas cute vacas ni las hamburguesas de los pubs (nada que ver con las del McDonalds). También significa liberarnos de las gaviotas y de sus fechorías. El otro día una de ellas le quitó a una señora de la boca -literal como os lo relato- un sandwich que se estaba comiendo. Por si fuera poco, esperando a la Salas´ family en la puerta de casa para acompañarlos al ferry, uno de estos pajarracos la emprendió a picotazos con una bolsa de pan que el panadero había colgado en el supermercado vecino antes de que abriera sus puertas. Logró hacer un agujero y apoderarse de un roll, aunque gracias a la intrepidez y arrojo de Antonio se salvaron los demás panes pues otros plumíferos acudían ya en busca del desayuno fácil.
Tampoco estaría de más poner a los dogs en su lugar. Es curioso que esas distancias y espacios que median entre las personas desaparecen cuando de perros se trata. Para mi gusto y parecer, perros y humanos no son lo mismo. Líbreme my God de maltratar de pensamiento, word u omisión a un can, he cazado durante muchos años y mis perras han sido muy importantes para mí. Pero de ahí a tratarlas como a un semejante, subirlas al sofá, meterlas en la cama conmigo, dejarlas comer directamente de mi plato o utilizar para ello mis cubiertos media un abismo. Yo no llego a los extremos críticos de Ortega y Gasset respecto a la relación entre ingleses y cánidos pero manifiesto mis discrepancias. Francamente, llegar a un pub y tener que sentarme donde un perro ha estado recostado minutos antes, soltando pelos y babas, no me parece adecuado, ni acertado que se vea como la cosa más natural del world.
En fin, que todo esto en cuestión de horas dejará de ser presente para convertirse en experiencias vividas. Perhaps algunos esperáis un epílogo pasteloso y lacrimógeno. Pues no va a ser así, al menos del todo. Choosing a polite way, quisiera dejar constancia de nuestro agradecimiento a toda una población que, salvo excepciones y a su manera, nos ha permitido sobrevivir y ser felices en Magic Island. También a todos vosotros por esa interacción que hemos mantenido a través del blog. Vuestros comentarios han sido fundamentales, porque han representado, in many occasions, el aliento que en los momentos menos fáciles nos ha permitido retomar fuerzas para continuar. Thank you a los que nos visitasteis, a los que regresasteis cargados con cosas nuestras para aliviarnos de equipaje, a los que tuvisteis la amabilidad de mandarnos productos típicos de nuestra tierra envueltos en vuestro cariño y a quienes habéis estado al otro lado del mail, del messenger o del teléfono. Citar nombres sería osado por mi parte ya que mis recuerdos, mal estructurados por el desgaste de la torre de mando y la edad, a buen seguro que me conducirían a omisiones imperdonables. Pero aunque sea de forma velada, quiero dar las gracias a los amigos de las cervezas, del cafe y pastelito de chocolate y del vinillo, a Eulogia, a las amigas de Ana Luz y a Don José. Con vuestro continuo apoyo todo ha sido más fácil y entrañable. No sigo porque esto me está recordando el capítulo de acknowlements de las tesis doctorales.
Veintidos capítulos cubren las expectativas previstas, es decir, una entrega quincenal del blog durante los 11 meses which we have lived aquí. El Love Nest ya está desmantelado y limpio, listo para la entrega de llaves a sus propietarios, las maletas estan hechas y el ánimo dispuesto para emprender el viaje de regreso. Sólo me queda cobrar la fianza que depositamos para el alquiler del apartamento antes de abandonarlo. Veremos a ver si hay que pelearla o el asunto transcurrirá por buen cauce. Ya no habrá nuevas entregas del blog pero dejará una hija. Se trata de una novelita que se titulará "El arcabuz de Carlos III", cuyos genes serán muchas de las anécdotas recogidas en este blog pero adaptadas a una historia de ficción.
Mi despedida de la Durrell ha sido poco menos que apoteósica. Predestinación es my fate y hete aquí que el viernes pasado me vi asando medio gorrino que pesaba 35 kg. Acabé molido, never me había enfrentado a un reto de semejante tonelaje. Pero los endémicos que asistieron al asado, excepto los vegetarianos, cataron cosa fina. Eso sí, algunos emborrizaron la tajada de carne que les correspondió en mahonesa y otras salsas de paquetito a las que son tan proclives. En cuestión de estética culinaria y arte gastronómico la mayoría no tiene arreglo. Lo cierto es que entre el lamb de hace unos meses y el pig de last week, soy más conocido en el Zoo, y perduraré en el recuerdo, por mi faceta de asardor argentino que por el trabajo que he venido a realizar y para el cual me concedieron el año sabático. Algo así le sucedió a Julio Iglesias, que destacó más por sus canciones que por sus paradas bajo el marco del Atlético de Madrid. Igual lo mío era la cocina, en vez de la biogeografía, la ordenación cinegética y la biología de la conservación. Pero a estas alturas, virgencita que me quede como estoy.
Para ver un video pulsar en el siguiente enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=jv5FspnNmhE
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