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En el ecuador de la cincuentena

martes, 1 de febrero de 2011

XI.- Durrell Wildlife Conservation Trust

Hello dears. It seems like yesterday when acabé de escribir la última entrega del blog, pero si recapituláis un poco veréis que han transcurrido ya dos semanas desde entonces. ¡Cómo pasa el tiemp, my God! ¿Es eso bueno o malo? Pues, mire usted, depende de qué forma se mire. Ya queda menos para cobrar la ayuda del Ministerio y para que la primavera visite la isla, lo cual en ambos casos es necesario y deseable. Pero, en contrapartida, esta aventura se va cargando de meses y, antes de que nos demos cuenta, estaremos pensando en el regreso, dejando aquí personas, lugares y vivencias que nos han hecho felices o, al menos, han actuado de placebo suplantando con eficacia a tan deseado estado espiritual.


Hoy le voy a pasar revista al Zoo, es decir, al lugar físico donde trabajo. ¿Qué pinta un zoológico en un sitio tan posh y a trasmano like this? ¿Qué hago yo aquí entre tanto bicho cautivo? Dejadme que empiece por el principio. Como almost always voy a tratar de sanchificar lo menos posible y aportar sólo los detalles históricos que sean necesarios. Los demás, siguiendo el espíritu de Bolonia, los mirais en Internet por vuestra cuenta si acaso os interesa una información más exhaustiva.


Hay personas que desde chiquitos saben lo que quieren y empeñan su vida en conseguirlo. Una de ellas fue Gerard Durrell, alma mater de todo este tinglado. Mr. Durrell was born en la India en 1925 y era hijo de padre británico y madre irlandesa. A los tres años de edad murió su progenitor y la familia se trasladó a Inglaterra; al poco tiempo los Durrell se fueron a vivir a la isla de Corfú (1935-39), donde Gerard empezo a desarrollar esa pasión por los animales que presidió toda su existencia. tal como refleja en su libro más emblemático "Mi familia y otros animales". El comienzo de la II Guerra Mundial los hizo retornar a Inglaterra, donde el joven Gerard empezó a prosperar en una serie de trabajos relacionados con el cuidado y captura de animales para diversos zoológicos ingleses.


Gerard Durrell era un naturalista de ideas muy avanzadas para su época. Durante años recorrió el mundo haciendo expediciones para colectar animales, but distaba de ser un simple cazador a sueldo. Poco a poco se fue convenciendo de que los zoos no debían ser simples casas de fieras, sino que tenían potencial para contribuir a la conservación de especies en peligro de extinción. De este modo fue acariciando el sueño de tener su propio zoológico y desarrollar en él la cría en cautividad de animales amenazados, una actividad que fue de los primeros en implementar con éxito. Como el que busca piso para casarse, recorrió varios lugares through England tratando de encontrar el lugar idóneo para establecerse, pero no tuvo suerte. Finalmente, el destino lo condujo a Magic Island, como a nosotros, donde alquiló una finca (Les Augres Manor) para convertirla en un singular centro de recuperación de especies amenazadas. Esto sucedió en 1958 y abrió sus puertas al público un año más tarde. En 1963 creó la Fundación que lleva su nombre y en 1971 dicha Fundación adquirió en propiedad los terrenos donde se ubica el zoo, que con el paso del tiempo ha ido ganando superficie mediante la paulatina adquisición de varias fincas colindantes.




Gerard Durrell murió en 1995 habiendo cumplido la ambiciosa aspiración de crear un recinto modélico al servicio de la conservación del patrimonio faunístico mundial. Dejó en torno a 40 libros escritos, la mayoría autobiográficos, que junto a los documentales de televisión que presentó durante años sirvieron para sensibilizar a la sociedad acerca de los problemas de conservación de la fauna y del bienestar animal. Como Cousteau y Rodriguez de la Fuente, sus palabras, textos y ejemplo han sido prolíficos semilleros de vocaciones naturalistas entre la juventud de entonces, es decir, los que hoy peinan canas o nos cubrimos la bald con gorra para que el sol no nos la despelleje.Cuando vengais a Magic Island y querais visitar el zoo, decidle al  bus driver que vais a la Durrell Wildlife, que es como coloquialmente aquí se le denomina.


 Dentro de los terrenos de la Fundación, cuyo espacio está mayoritariamente ocupado por parcelas where los animales viven en régimen de libertad controlada y reproducen sus hábitats naturales, hay un Training Centre dedicado desde 1978 a la formación de estudiantes y gestores de fauna de todo el mundo. Además, existe un pequeño pero selecto centro de investigación que es donde yo trabajo. Ambas dependencias se encuentran ubicadas en antiguos edificios subsidiarios del Manor, convenientemente reconvertidos y habilitados para su actual función.




Aquí trabajan unas 100 personas, entre investigadores, veterinarios, keepers, subalternos y personal de administración y servicios. Existe un Director que es el máximo responsable del cotarro y un staff constituido por un número limitado de cargos de responsabilidad que apoyan la labor del jefe. Por encima de ellos está el Board, una especie de Consejo Social al estilo del que tenemos en nuestras Universidades, formado por 12 personas de las que llegan a fin de mes sin estrecheces y poseen sobrada experiencia en el mundo de las finanzas. La Fundación tiene como Directora Honoraria a Lee Durrell, que fue su segunda esposa y asumió dicho cargo tras la muerte de su husband. Ella vive en el antiguo Manor y es una lady encantadora, bastante más joven que su difunto esposo, con mucho estilo personal e inteligencia. No voy a ocultaros que me cae muy bien desde que, recien llegado, fui a su casa en visita de cortesía a presentarle mis respetos.


 Para terminar este breve recorrido por la institución, os diré que el símbolo del zoo y de la Fundación es el dodo, un ave gigante no voladora, extinguida por el hombre en el siglo XVII, que vivía en las islas Mauricio.

The Zoo recibe anualmente unos 80.000 visitantes, cifra que no es nada desdeñable si tenenmos en cuenta that it is placed en una isla y que los meses de invierno apenas los turistas se acercan por aquí, due to las inclemencias del clima. Actually hace mucho frío en esta parte de Magic Island y, los días que el viento sopla con cierta intensidad, la sensación térmica te hace creer que estás viviendo mucho más al norte. En estos momentos estamos de obras. Se está construyendo un nuevo centro de recepción con un bar incluido dentro del mismo. Se pretende con ello atraer a más visitantes y que dejen más pasta durante la visita. In my opinion la entrada es cara, 12 pounds, mientras que el cine un día normal cuesta 6 - 7 pounds, para que os hagáis una idea en términos comparativos.




Os animo a que cuando podáis os dejéis caer por aqui. Este zoo tiene algo especial, es distinto a otros mucho más grandes e importantes. Además, es muy didáctico because hay paneles explicativos y audiovisuales por todas partes. Determinadas personas voluntarias te sirven de guía gratuitamente. Está muy bien cuidado el entorno, las parcelas de los animales están siempre limpias y no da sensación alguna de que los ejemplares estén estresados o vivan infelices. Una cosa curiosa es que anuncian la hora en que se reparte the food, de forma que si estáis al loro podéis ver cómo acuden los bichos, recogen la ración diaria y se la comen cuando el keeper se apresta a repartirlas.


La vegetación dentro del recinto es exhuberante, hasta el punto de que resulta  placentero pasear sin apenas percibir que los animales que te rodean están allí en contra de su voluntad. La estrella es el gorila, un macho enorme que vive con varias hembras pero sólo copula con una. Me evito el chiste para que Lady Messy no me lo censure. Frecuentemente lo escucho desde mi despacho golpearse el pecho con las manos cuando quiere hacerse notar.También resultan muy atractivos los orangutanes, especially uno que tiene la mania de echarse un saco por encima cuando le dan de comer, para aislarse de miradas indiscretas.


Bueno, vamos a ir dándole carpetazo al asunto. Hoy me he limitado a contaros cómo es el envoltorio del candy donde me encuentro y cuál es su historia. La próxima entrega os contaré como se vive y se trabaja en la Durrell, algún cotilleo inevitable y, si Lady Messy me lo permite, por qué los dragones de Komodo están encantados con su cuidadora. Confiad en mí, tengo esperanzas. Kisses for all and until the next fortnight.


1 comentario:

  1. Very interesting, sí señor.

    Lo que pasa es que tengo mis dudas acerca de los zoológicos, que como bien dices en el texto, se encuentran llenos de animals en contra de su own voluntad. Pero no me hagas mucho caso que llevo un tiempo de un crítico subido que...

    Besos y abrazos

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