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En el ecuador de la cincuentena

martes, 5 de abril de 2011

XV.- Some curiosities

Good evening my friends. I apologize for the delay en la publicación de esta última entrega, pero es que cada vez estoy más ocupado con asuntos de trabajo y eventos sociales. No os extrañe que, después de siete meses viviendo aquí, la existencia simple que llevábamos al principio se haya ido complicando, en el buen sentido, con obligaciones, compromisos y nuevos horizontes. Es como una casa recién habitada, todo es funcional y está en su lugar hasta que, al cabo del tiempo, se empiezan a acumular chismes inútiles, cosas de uso esporádico y adornos supérfluos. Bueno, sé que lo comprendéis y os agradezco vuestra displicencia.


Aprovechando la coyuntura, me ha parecido oportuno hablaros hoy de algunas cosas curiosas, o sea,  distintas a las nuestras. Aclaro que se trata de hechos y circunstancias que nos llaman la atención, simplemente eso, sin que con ello pretenda establecer juicios de valor. Ni mejores ni peores, unicamente diferentes.


Lo más llamativo de todo es la seguridad ciudadana, ya os lo he comentado en varias ocasiones. Es un lujo impagable saber que puedes salir a cualquier hour con absoluta tranquilidad, que no tienes que andar pendiente del bolso o de que te sisen the pocket wallet en el autobús. Con ello no quiero decir que esto sea the heaven, sino que el índice de delincuencia es bajísimo y la probabilidad de tener un percance indeseado es inferior a la que existe en otras partes del mundo. Fijaos, el grado de alcoholismo es alto los fines de semana, tropezarse con gente que va midiendo las calles es sólo cuestión de darse una vuelta un viernes o un sábado por la noche, pero generalmente van a su rollo, shouting at más de lo aconsejable aunque sin meterse con nadie. Pierden con facilidad los papeles pero se apañan ellos solos para look for them. Además, cuando están serenos son tremendamente educados y respetuosos no sólo con sus semejantes,con  los portugueses, los polacos y demás habitantes de la Earth, sino también con las normas, costumbres, tradiciones y enseres comunitarios.

 Daos cuenta, aquí hay bancos de madera corroidos por el tiempo, mientras que nosotros no conocemos nada parecido en España because allí los desguazamos antes de que lleguen a viejos. Y para colmo de honradez ciudadana estan los puestecillos de verduras, como el de la izquierda. Se encuentran en pleno campo, junto a los caminos. Nadie los atiende. The farmer coloca las bolsas con los productos de la huerta, a veces huevos de gallina, fija el precio y los compradores depositan el dinero en una cajita. Si necesitas cambio lo coges y en paz. Mis suegros no acaban de creerse que aquí las cosas funcionen de esta manera, pero tampoco se animan a venir para comprobarlo.


Hay servicios públicos por todas partes, limpísimos y a disposición del apurado. Eso sí, en el caso de que te pillen haciendo pis en la calle te multan sin remisión, como le ocurrió a una compatriota nuestra que decidió soltar el lastre de la vejiga al amparo de la night, agachándose detrás de un coche aparcado en una zona de copas. Y lo que decía el pliego de la denuncia ni os lo cuento porque no me creeríais.

  


Si todo esto lo trasladáis al tráfico rodado pues resulta que circular por Magic Island es una bendición. Hay atascos como en todas partes pero nadie pita. Todavía no he visto una pelea entre conductores o con los peatones. Indeed, cuando esto sucede, suele salir como noticia en el periódico local. A nosotros nos llama mucho la atención que los drivers te cedan el paso por defecto, con generosa galantería. Hay glorietas donde ninguno de los que se incorpora tiene preferencia, sino que alternativamente van entrando con la mayor naturalidad. Esto en nuestra tierra resultaría poco menos que ilusorio. By and large el inglés es menos pícaro y listillo que nosotros y le molesta mucho la gente que se salta las normas a la torera. Claro, como aquí la población de no endémicos es alta, para facilitarnos las cosas en los pasos de cebra y cruces más estratégicos hay indicaciones en el suelo about si tienes que mirar para la izquierda o la derecha antes de cruzar. Nuestra tendencia inconsciente es girarnos hacia el lado contrario al de afluencia del tráfico, porque conducimos por la derecha en lugar de por la izquierda. Los endémicos están acostumbrados pero a quien de verdad le temen es a los coches de alquiler (hire cars). Generalmente los utilizan tourists que vienen del continente y el número de piñas que se meten es superior al índice de siniestralidad de los conductores locales, por aquello de conducir por el lado cambiado y con el volante on the right. Estos coches llevan una H junto a la matrícula and por eso aquí se les denomina coloquialmente "horror cars".





Con respecto a la comida ya sabéis que existen diferencias sustanciales entre ellos y nosotros. Sus colaciones son a horas distintas que las nuestras y el tipo de food también difiere. Para el inglés el acto de comer no reviste la importancia que nosotros le damos. Almuerzan temprano, un sandwichito, fish and chips y lunchables por el estilo en la oficina, en la calle o en cualquier lugar. Es difícil escapar de la cerveza, los hidratos de carbono, las grasas y del chocolate, con lo cual inevitablemente engordas. Yo aqui ceno con cierta gula porque a las 7 o´clock de la tarde tengo un hambre que me como los desconchones de la pared, cosa que en Málaga evito porque almuerzo decentemente. Total que no hay forma de mantener la línea y la pot belly la tengo lustrosa. Pero como todo no va a ser negativo, hay gente que piensa y hace las cosas como Dios manda aunque también engorde. Again los  portugueses de Madeira, como Pinocho y Cristiano Ronaldo, nos han sacado las castañas del fuego. Han inventado el bolo do caco, que es maravilloso y nutritivo. Viene a ser como una especie de mollete de Antequera al por mayor y de tamaño familiar. Para rellenarlo con el jamón que me mandáis y un huevo frito no hay cosa igual. Es nuestro desayuno de los domingos. El Happy boy se lo morfa con Nutella y así el bote no supera la week de vida útil. Por la coliflor no os preocupéis que esa ni la mira.




Aunque Lady Messy no está de acuerdo conmigo, aquí he descubierto un tubérculo buenísimo que no conocía. Se llama Jerusalem artichoke, tiene el mismo aspecto que el jengibre y sabe como las alcachofas. Se cuecen en agua durante un buen rato, se les quita la piel gruesa que los recubre y la pulpa se come directamente, en puré o en ensalada. Eso sí, produce una flatulencia desproporcionada, algo digno de estudio. De ahí que Lady Messy se muestre reticente a cocinarlos y Jill se enfade com my slave driver cuando el tubo de escape le trompetea forzado por las circunstancias. Fortunatelly el estruendo es aséptico e inodoro, por lo que no entendemos el hecho de que nuestras esposas saquen las cosas de quicio por algo tan natural y orgánico como un fart vegetariano, al que coloquialmente John le denomina fartichoke.


Sea como fuere los ingleses son elegantes como ellos sólos y lo demuestran incluso con el nombre que le dan a los alimentos. A nuestra panceta, la de toda la vida, la llaman belly pork si el corte es grueso y bacon si se trata de lonchas. En ambos casos suena pero que muy bien. Claro, así es posible tener filósofos como Francis Bacon, que en el caso de haber sido español se llamaría Paco Panceta y con ese nombre nadie le hubiera tomado en serio, o en el mejor de los casos nuestra erudita juventud pensaría que se trataba de un nuevo cantaor de flamenco. Pero no acaba ahí la cosa. A mi la morcilla siempre me ha traido aires del pueblo, de nuestra matanza, de nuestras tradiciones. Aquí la llaman black puddin. Con tan pomposo apelativo da incluso pena echarla al potaje, en lugar de rendirle honores junto al caviar beluga o maridarla con cualquier otro majar actuando de padrinos el nitrógeno líquido y la sal del Himalaya.

En otro orden de cosas vuelvo con el tema de los animales. Aquí ser bípedo o cuadrúpedo irracional tiene sus ventajas. Cuidadin, cuidadin, no digo por maltratar sino por faltarle el respeto a un bicho silvestre o doméstico porque te pregonan y después te denuncian. I know el caso de un edificio con cinco apartamentos y un jardin comunal donde una de las vecinas ha soltado unos conejos domésticos que hacen de las suyas en el recinto. En una ocasión la hija de uno de los matrimonios -dos años de edad- persiguió al rabbit y una tercera persona le llamó la atención a los padres para que evitaran que su hijita estresara al gazapo. Some times creo que a los animales se les presta más atención que a los niños, aunque seguramente es una impresión equivocada. Incluso las gaviotas están protegidas en lugar de proscritas. Pero como aquí dicen it isn´t my cup of tea. También es cierto que cacas de perros no hay por los suelos y cada cual se encarga de recoger las deposiciones de su can. Incluso a los chuchos se les educa con flema inglesa y se les lima la agresividad innata que exhiben ante otros individuos de su especie y frente a los humanos. Por eso no me extraña que a los perros les esté permitido montarse tranquilamente en los autobuses, donde además se comportan con exquisitas maneras y mansedumbre. Every day viajo a la Durrell con un señor acompañado de un boxer que se maneja mejor que los teenagers con los que coincido el viernes por la tarde de vuelta a St. Helier. En fin, que advertencias de tráfico para evitar atropellos indeseados así como prohibiciones de dar de comer a los animales en sitios donde podrían causar molestias y ser molestados abundan en Magic Island. El otro día leí una prohibición de esta guisa en la que explicaba que al darle de comer a los patos, en un etanque del interior de Magic Island, les estábamos perjudicando ya que abandonaban el hábito de alimentarse por su cuenta de hierbas y productos naturales, con el consiguiente empobrecimiento de su diet. Como lo cuento. Si Ortega y Gasset levantara la cabeza diría lo mismo que dijo hace casi setenta años.


Hablando del Más Allá, el tema de la muerte es otra cosa respecto a la que no compartimos el mismo punto de vista. Los cementerios son abiertos, están junto a las iglesias parroquiales y la gente los contempla, visita y pasea por ellos con naturalidad. Los enterramientos son en tierra y no existen nichos. Las lápidas más antiguas están torcidas, semiborradas las inscripciones y cubiertas de líquenes. Realmente beautiful y románticos pero sobrecogedores a partir del sun set. Lady Messy lleva meses dándome la lata para que una noche visitemos el de St. Saviour. El domingo se le quitaron las ganas cuando, desde fuera del camposanto, vio las tumbas iluminadas por la luna. El Happy boy y yo tratamos de convencerla para hacer la incursión nocturna que teníamos prevista después de que tanto nos insistiera, pero creo que tenemos perdida la batalla. En fin, por nosotros no ha quedado.





En mi caso hay otra cosa que me incomoda más que el patio de los callados. Resulta que here es costumbre que los amigos, en ocasiones los familiares, compren un banco de madera, le pongan una placa en memoria del finado y las autoridades competentes lo coloquen en el el lugar más adecuado o necesario. Resulta que tras una ardua caminata encuentras un banquito para echar un rengue, vas a sentarte y descubres una dedicatoria, a veces rocambolesca y otras pitiminí, evocando el recuerdo de un cadaver desconocido. Francamente, prefiero quedarme de pie. Fumar en ese banco me parece irrespetuoso y soltar lastre gaseoso irreverente. Ya sé que es una manera de incrementar el mobiliario urbano sin coste alguno para las arcas municipales but a mi todo eso me da grima. Para que contaros cuando vas a sentarte, tratando de superar tus supersticiones, y te encuentras un ramo de flores recostado en el banco de marras. En definitiva, que me sit down en una piedra o me quedo en cuclillas. Para algo soy Vargas y el apellido pesa.


Bueno guys, que vamos con retraso y my mother in law se impacienta. Ya me ha dado un toque por no sacar esta entrega a su debido tiempo. Sorry madam, here you go. Bye bye.





1 comentario:

  1. Muy buenas.

    Desde luego es para no creerse lo de los puestos de verduras que nadie cuida... ¡y con dinero! Esa es la prueba de que se puede. Se puede vivir respetando a los demás y nada más... Por un segundo he soñado.

    Respecto a la comida, tenemos unos vecinos guiris en la casa del pueblo que esta pasada navidad nos preguntaron si sabíamos como conseguir una verdura muy querida en su England natal pero que les estaba siendo imposible conseguir en esos little village of Granada. Yo les dije que si se podían encontrar en algún lugar en Spain, ese sitio era la costa del sol. Así que me dispuse a complacerles ya que su ansia e ilusión eran realmente conmovedoras. Y la encontré. Se llama colinabo, rutabaga, nabo suizo, nabo sueco y otras muchas denominaciones. En el idioma de su majestad la queen: swede. Es una especie de nabo muy grande que lo cuecen y hacen una especie de puré como acompañamiento. Cuando aparecimos con unos pocos en una bolsa hubo gran regocijo.

    Y no, no es una impresión equivocada. A veces a los animales se les trata mejor que a cualquier persona (aunque debo decir que, también a veces, no hay mucha diferencia entre unos y otros).

    Por último me gustaría dejaros un enlace a un fotograma de una película que vimos el otro día en Tv (porque sí, en La2 por fin se pueden ver películas) ya que durante toda la proyección la Chanin y yo no dejamos de sorprendernos cada vez que un personaje principal hacía acto de presencia. Juzgad vosotros mismos el porqué (por cierto, era también catedrático de universidad)

    http://www.ciudaddelaluz.com/es/saladeprensa/noticias/PublishingImages/20090428AnuncioPremiereUnBuenHombre/UnBuenHombre2.jpg

    Bye my friends

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