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En el ecuador de la cincuentena

viernes, 22 de octubre de 2010

V.- The wildlife of Magic Island

I start today con una preocupación rondándome por la mente. El caso es que noto a mi suegra algo fría y distante. ¿Alguien sabe a qué puede deberse? Prefiero pensar que no es mi ya prolongada ausencia la causante del desasosiego. Bueno, dejémoslo ahí porque cada cual tiene sus propias cuitas con las que lidiar, pero no olvidéis que permanezco a la espera de noticias.


Para relajarme un poco voy a tocar el tema de la fauna de Magic Island, pero sin sacar los pies del plato. Tan sólo me voy a referir a los animalitos que se ven y everybody conoce. Las magistrales de zoologia las guardaré para mejor momento. Así que os ruego un voto de confianza y que no abandonéis la lectura, porque estoy seguro de que os va a interesar esta breve síntesis del tema. Tampoco es que el asunto dé para armar mucha parafernalia. Adelanto que aquí la fauna silvestre no brilla por su diversidad ni abundancia, lo cual es lógico porque estamos confinados en una pequeña isla. Algunos pajarillos son comunes en los setos y bosquecillos, como el mito de la foto adjunta, lo típico de la campiña inglesa, todo muy discretito y pastoril.  Quizás por eso  ciertas bestezuelas más espabiladas se arroban un protagonismo desmedido, y algunas campean a sus anchas como Pedro por su casa. No exagero, ya lo comprobareis cuando entre en detalles. Pero vayamos por partes y en orden para no mezclarlo todo.



Hasta ahora he visto four species de mamíferos silvestres. La ardilla, que es fácil de encontrar unas veces vivas y otras atropelladas en las zonas arboladas, el erizo, el ratón casero y el conejo. En realidad a éste último he tenido the oportunity de observarlo sólo en contadas ocasiones porque debe ser muy nocturno o reacio a los espacios abiertos. Sin embargo, toda la zona norte de la isla está llena de fóllega que delata su presencia y alta densidad. Para que nadie se pierda en cábalas innecesarias, advierto que me estoy refiriendo a los conejos de campo.




Pensareis que the rabbits harán las delicias de los cazadores endémicos. Pues no señor, nada de eso, porque en Magic Island la caza está prohibida con carácter general. Hay sitios donde podría practicarse y algunos privilegiados lo hacen, pero se trata de espacios concretos y reducidos que nada tienen que ver con las grandes extensiones de campo a las que estamos acostumbrados en España. 



Tiempo atrás se pensó introducir el faisán con fines cinegéticos pero las autoridades locales no dieron el visto bueno. A pesar de ello se soltaron faisanes en la isla, se han aclimatado perfectamente y hoy se baraja la posibilidad de permitir su captura debido a su abundancia. Lo cierto es que se ven unos ejemplares polludísimos en los pastos y zonas de cultivo, donde tienen alimento seguro, carecen de depredadores y los endémicos todavía se abstienen de sacudirle con la de los ojos negros (la escopeta de cartuchos para los que no manejais el argot).


La tercera especie que podría alegrar the eyes de los cazadores es la paloma torcaz. Esta especie se reparte por toda la isla, incluidos los parques rodeados de edificaciones. A veces se ven nutridas porrillas de ejemplares, en zonas rurales donde disponen de comida segura o en las arboledas urbanas que toman para sestear y recogerse durante la noche. Sin embargo, a mi me da la impresión de que la población de torcaces se vendría abajo si permitieran cazarlas en Magic Island, así que mejor dejar las cosas como están y, como mucho, que sean los conejos y faisanes (ambas especies introducidas) quienes conciten el interés de los seguidores de San Huberto.


Cornejas negras hay bastantes, cuervos pocos. Las cornejas son laboriosas y confiadas, bajan a la playa a carear con la bajamar, entre las piedras y las algas, y revolotean por el campo en discretas bandadas. Si no fuera por el plumaje enlutado que poseen y por esa voz aguardentosa que empeora la situación cada vez que abren el pico, hasta podrían resultar simpáticas. También hay urracas. Como en todas partes, viven desperdigadas, una por aquí, otra por allá, evitando la city. En cierto modo me recuerdan a alguien, no digo el nombre porque casi todos la conocéis, discretas, viviendo a su aire, sin saber de dónde vienen ni adónde van, independientes por naturaleza.




Mención aparte merecen las gaviotas porque son harina de otro costal. Se han convertido en the sheriffs of Magic Island. ¡Vaya pajarracos odiosos! Lo siento pero con estos bichos no me ando con eufemismos. Están por todas partes, incluidos tejados y calles de St Helier. Imaginaos la noche plegando velas para dejar paso al amanecer. Bien, pues antes de que comience a clarear, las macizas pavanas comienzan a graznar, berrear, vociferar o lo que sea con verdadera furia. Nada que ver con el bucólico canto del gallo anunciando la llegada del nuevo día. Un error de la selección natural al que habría que poner remedio aunque fuera recurriendo a medios coercitivos (de pedradas para arriba). Sin embargo cualquiera se atreve a mentarlo sin poner en riesgo la continuidad del sabático. Aquí mirar mal a los irracionales, wilds or domestics, tiene poco predicamento.




Pero a pesar de todo, como dijo Galileo, la Tierra se mueve. Tal es la escandalera matutina de los alaridos gaviotiles que sólo el camión de la basura tiene capacidad para eclipsarlos momentáneamente mientras recoge los contenedores, labor abnegada pero estrepitosa que también percibimos los moradores y vecinos del love nest a las 6,15 horas a. m. Debe ser fruto de la globalización que los camiones de la basura bramen igual en todas partes. Total, que apagas el despertador y te dedicas a seguir escuchando a los descendientes del afable Juan Salvador, una vez que el vehículo se aleja calle abajo atronando al resto del barrio. A mi nadie me convence de que si Richard Bach hubiese vivido en Magic Island, el protagonista de su obra más famosa hubiera sido cualquier cosa menos una gull.


A la hora de morfar no le mezquinan a nada (dicho en pseudoargentino). Papeles, plásticos, cáscaras, cualquier cosa que sepa, huela o se les antoje comestible. Sin andarse por las ramas, en el restaurante de la Durrell y en los bares de la costa te quitan el sandwich o se llevan la pizza que tienes en la mesa mientras vas por el café. Quien no se lo crea que le pregunte a Rafa Villafuerte o a Paqui Castro, que son personas de aquilatado fuste y lo han visto con sus propios ojos. Incluso Lady Messy, the happy boy y un servidor hemos observado a una de ellas penetrar en una casa a través de la ventana, sacar tostadas y repostería sobrantes del desayuno y disputárselas luego con otros congéneres en una repisa exterior del edificio. Obviamente quien siembra viento recoge tempestades. Cuando proceden a aliviarse, con esa dieta tan poco estructurada, los regalos que sueltan los animalitos son de temer, hasta el punto de que plastas tamaño huevos fritos y chorreones decoran, sin distinción de ninguna clase, edificaciones públicas de tronio, casas señoriales y apartamentos de non qualified people.




Finishing the bacon roll and the coffe with milk comienza a amainar el concierto gaviotil. Cuando sales de casa, camino del trabajo, ya sólo quedan algunas solistas empecinadas en prolongar la matraca. Pero he aqui que un halcón peregrino empadronado en un torreón de St Thomas, the church que tenemos frente a la parte trasera del love nest, también ha tomado por costumbre diaria significarse a gritos. Empieza a lloriquear cuando ya hay buena luz natural, lo de madrugar no parece que le apasione, y los piidos plañideros que emite dan a entender que le gustaría seguir siendo alimentado por sus progenitores, en lugar de tener que salir él en busca de palomas. Otro nini. Lo peor de este plumífero es que, los días que pilla la pataleta, cada diez minutos lanza un ki-ki-ki-kiii a los cuatro vientos y con esta letanía puede tirarse el resto de la mañana y parte de la tarde. Yo esperaba que el instinto migratorio le forzara en breve a marcharse, pero a estas alturas temo que recorrer los 22 km que separan Magic Island de Francia no está entre sus prioridades, porque eso implicaría volar de un tirón más de lo que el veterinario le recomendaría para mantener el tono muscularen en aceptable estado.





Para no hacer interminable y aburrida esta checklist de fauna terrestre, tan sólo me voy a referir a dos especies más: un díptero y una lagartija. Al insecto lo conoceis todos, la tipula, mosca grúa o crane fly, que por los tres nombres responde. Hasta ahora es el único bichillo realmente abundante en esta isla paradisiaca. Afortunadamente no le mola la sangre, porque ya sabéis que vuestro non qualified hero es proclive a las picaduras de todo artrópodo viviente, incluidas las especies que son por naturaleza herbívoras. Atraidas por la luz, se meten en casa y con su desmañado vuelo continuamente se tropiezan con uno, lo cual es harto desagradable cuando estas acostado tratando de conciliar el sueño o de guardia ante el ordenador esperando la llamada de mi mother in law. Por favor, lo de mi suegra tomároslo con interés porque no hago más que darle vueltas al asunto.



La mayoría de las tipulas deben estar ya criando malvas pero, al comienzo del otoño, eran plaga. Su hábitat favorito es el pasto, de ahí esas patas tan largas para apoyarse en las hierbas. El primer partido que jugó the happy boy en un complejo deportivo cercano a su school, donde el cesped se extiende por varias hectáreas de terreno loteado en otros tantos campos de football, lo tengo asociado a miles de crane flies tapizando las paredes exteriores de los vestuarios. Se habían concentrado allí para perpetuarse antes de devolver la cuchara. Doy fe que cumplieron con obediencia prusiana los designios de la madre naturaleza, entregándose al sexo tántrico (como ni uno ni otro se mueve duran horas enganchados) sin aparente regocijo ni expresión indicativa de estar en lo que estaban. Dios le da pan al que no tiene dientes.


La lagartija es un caso muy especial. En Magic Island la cosa está chunga para los reptiles, es decir, apenas hay. Esta lagartija se aclimató en Jersey pero falta de las otras tres islas del Canal (Guernsey, Alderney y Sark). La mayor población se encuentra dentro de Gorey Castle, razón por la cual hay figuras esculpidas por doquier, adosadas a las paredes de la fortaleza, advirtiendo de su presencia. Allí se le rinden honores de lagarto y como Gerardo se motive (nuestro compatriota herpetólogo de la Durrell) igual se le concede el título de sir local crocodile. De momento no voy a identificarla porque estoy seguro de que David Romero lo va a hacer por mí y va a poner su nombre en un comentario del Blog para todos vosotros. David, no te demores ni te equivoques, porque te estás jugando una posible estancia en la Durrell y a mi me dejarías con las nalgas al wind por presumir de tí casi tanto como de Olivero.









No quiero concluir sin hacer una breve mención de la fauna marina. Moluscos y crustáceos atlanticos se ven, se pescan, se cultivan y se comen en abundancia. Destaco las ostras, los berberechos, las navajas, una oreja de mar, los bogavantes, los centollos, las zapateiras, los mejillones y las peregrinas. Esto no es Galicia pero casi. Los gusanos que viven en la zona intermareal son muy abundantes y activos aprovechando la bajamar. Y entre las aves hasta ahora la más emblemática es la barnacla carinegra, que para los no iniciados es un pato grande que no alcanza las dimensiones de ganso. Uno of our hobbies al anochecer es acudir a la playa para verlas comer en la misma orilla, donde las olas las envuelven sin que parezca importarles mucho. Un espectáculo bellísimo. Y dicho esto me callo, basta de bichos por hoy. ¿A que no os ha resultado tan pesado?







Ladies and Gentlemen les emplazo para la siguiente entrega, la cual no se va a demorar mucho porque estará cargada de anécdotas que necesito contar en caliente. Es como la carne a la brasa, si se enfría ya no sabe igual. Os quiero a todos aunque a unas más que a otros. See you soon.













1 comentario:

  1. (Schhhhhhh...)(Mario)(Bajito, que nadie se entere...)(Richard Bach...)(Que Saint-Exupery era el del principito)(Ea, no llores, que erratas tiene hasta Cervantes en su obra maestra "La Divina Comedia"... ¿lo ves?). Hoy tocan besos.

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